“Ni los miedos ni el dolor han sido suficientemente fuertes como para doblegarme y tirar la toalla”

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“Ni los miedos ni el dolor han sido suficientemente fuertes como para doblegarme y tirar la toalla”

Nuestra compañera María José Hormigo es todo un ejemplo que seguir. Ha superado un cáncer de mama gracias a los tratamientos médicos y a una inquebrantable voluntad de ganar la partida a la enfermedad. Esta es su inspiradora historia.

(Descargar en formato PDF)

Como la mayoría de las mujeres en nuestro país, Maria José (Fuente del Maestre, Badajoz, 1961) acudió a la llamada de su especialista para realizar el chequeo rutinario de detección precoz de cáncer de mama. Era el 8 de julio de 2020. Dos días después recibía una cita para una biopsia. En controles anteriores nunca se la había citado para este tipo de prueba. La inquietud despertó.

El día 16 del mismo mes la doctora la cita para darle a conocer el resultado de la biopsia. Se disparan todas las alarmas. La inquietud se transforma en desconcierto y recelo. Acudió con una sus hijas. Ambas, sentadas ante la doctora, escuchan lo que no les hubiera gustado escuchar: el resultado de la biopsia confirma la existencia de cáncer de mama con sospecha de metástasis. “El mundo se me vino encima, pero me hice la fuerte. Tenía a mi hija al lado, llorando desconsolada”.

Las palabras de la doctora fueron contundentes, tanto como lo fue la pregunta que le dirigió Maria José: “Doctora, ¿cuánto me queda? Quiero saberlo”.

En esos primeros instantes, ante esas primeras explicaciones, “sentí cierta aceptación de la situación, pero también sentía que no me conformaba. En cierto modo, me revelaba ante una realidad que aparentemente me superaba”.

Pandemia

A todo esto, no olvidemos en qué momento nos encontramos. El Covid anda a sus anchas, dificultando la vida cotidiana y saturando los centros de asistencia sanitaria y hospitales. Pese a ello, se pone en marcha el protocolo oncológico y a lo largo de las siguientes semanas se realizan un seguido de pruebas médicas a Maria José. Éstas acaban con un diagnóstico hasta cierto punto tranquilizador. “La doctora me informó que se había detectado el cáncer en una fase incipiente y que encontraron solo un ganglio afectado. Dicho de otro modo, que me lo habían cogido a tiempo y el tratamiento que iniciaríamos permitía ser optimistas.”

Efectivamente, así fue. Después de seis sesiones de quimioterapia las células cancerígenas iban desapareciendo y llegaba una primera muy buena noticia: el pecho se salvaría.

“Sinceramente, durante el preoperatorio llegó un momento que no podía más. Pensé que no quería seguir sufriendo. Tal vez fueron los días más difíciles, porque al dolor físico se sumó el dolor emocional. Pero tenía que ser fuerte, y no sólo por mí. Me dolía más ver sufrir a lo más importante de mi vida, que son mi marido, Narciso, y mis hijas, Cristina y Montse. No sé muy bien de dónde, pero de mi interior surgía una fuerza que me permitía ser yo quien consolaba a mi familia, en lugar de ella a mí. Yo lo pasaba mal, pero ellos también.”

Una Navidad diferente

Maria José entró a quirófano el 21 de diciembre y a los pocos días empezaron las sesiones de radioterapia de pecho y axila. El tratamiento y la medicación se prolongó casi un año entero, hasta octubre de 2021. Una vez concluida esta fase y con buen final, en junio de 2022 dieron inicio los controles médicos cada seis meses, con visita a oncología y radiología.

Hoy en día, “estoy bien, recuperada y curada, aunque creo que ciertos dolores me acompañarán de por vida. Siento dolor en el brazo y físicamente me canso mucho.”

¿Cómo afrontar los miedos físicos y emocionales?

En algún momento de la vida, todos nos enfrentamos a situaciones difíciles. Sin duda, una de las más complicadas es la que ha vivido María José. Por eso, su experiencia y sus reflexiones sobre cómo superarla tienen una singular relevancia y se transforman en fuente de inspiración.

“¿Tuve miedo? Sí. ¿Sentí dolor en mi corazón? También. Pero por mi forma de ser y todo lo que he vivido antes de la enfermedad, ni los miedos ni el dolor han sido suficientemente fuertes como para doblegarme y tirar la toalla.”

Para María José, las muchas vicisitudes experimentadas a lo largo de su vida “me ayudaron y ayudan a bloquear los malos pensamientos y mantenerme optimista. En momentos críticos de este episodio pensaba en la suerte de tener a mis hijas ya mayores y que no me necesiten para seguir adelante con su vida. ¡Imagínate que fueran pequeñas y dependientes de su madre! Eso sí que es un drama”.

Más profundo que pensar en los demás es pensar en uno mismo. En esos momentos, la serenidad acompañaba a los pensamientos de María José. “Para mis adentros pensaba que lo que tenía que hacer en esta vida ya lo había hecho. Esto me permitía no sentir tristeza y poderme centrar en mi lucha. Mi actitud fue la de confiar y cumplir con lo que me mandaban los médicos, mantenerme alegre, positiva y en alto mi espíritu de lucha. Procuraba no quejarme y poner la mejor cara ante mis familiares. Pensar en ellos antes que en mi misma me ayudaba a levantarme de la cama cada mañana y empezar a luchar conmigo misma”. 

Vuelta al trabajo

Dos años después y superada la enfermedad, Maria José se ha reincorporado a nuestro equipo en ICT Filtración. Su llegada ha sido motivo de gran alegría entre todos sus compañeros y compañeras. Su presencia diaria, pese a los dolores permanentes que sabemos que sufre, es una lección de superación para todos. “Cada día debo medicarme para el dolor, pero lo que más me está ayudando a superarlo es sentirme acogida y ayudada por mis compañeras, compañeros y dirección de la empresa. Estar de nuevo trabajando me ayuda a retomar mi normalidad y recuperar por ciertas cosas la ilusión perdida en los últimos años. He aprendido a valorar muchas más cosas que dos años atrás”.    

Agradecimientos

Familia: “Me he sentido muy querida y protegida por mi marido y mis hijas. Me han tenido como en una burbuja, apoyándome y ayudándome en todo momento, en especial cuando estaba débil e invalidada de brazos y piernas. Han sido el puntal de mi recuperación”.

Institut Català d’Oncologia de Badalona i Hospital Germans Trias i Pujol – Can Ruti: “Gran equipo de especialistas y grandes personas. Me he sentido muy cuidada y acompañada desde el primer día. He descubierto el significado de vocación médica”.

ICT Filtración: “A mi vuelta, después de dos años de ausencia, todo han sido facilidades. Me he sentido muy bien acogida. Mis compañeras me ayudan mucho, están por mí. También me ha ayudado el director, que en nombre de la empresa me ha transmitido tranquilidad, que no me preocupara por nada y que contaban conmigo. Sinceramente, estoy muy contenta de trabajar en ICT Filtración.”

 

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